Actitudes

19Mar12

Vivo en un mundo múltiple, a caballo entre una virtualidad muy real, y una realidad que se antoja virtual. Pero, últimamente me ha pasado algo muy curioso.

Mi padre, que tiene (aproximadamente) la edad que Fernándo Sánchez Salinero declara en su bitácora (o blog para quien tenga angloafición) para los suyos, trae impresos artículos del citado Fernándo Sánchez Salinero.

La cuestión es que me he dado cuenta de que sólo nos trae aquellos que un gran amigo suyo, director de una empresa, imprime, y él trae.

El último que nos trajo («la generación que construyó España«), que, aparte de la pomposidad e inexactitud del nombre (asunto en el que no me extenderé), intenta ser un homenaje a la generación de la época de mis padres.

El problema es que, queriéndolo o sin quererlo, también puede sentirse como un ataque a las generaciones posteriores (incluyendo la suya, pues en el mismo artículo revela su año de nacimiento, que aquí no reproduciré), y haciendo que parezca que, tras esa «luminosa generación», lo resto es una historia de gasto , derroche y falta de ganas, cuando en realidad los problemas de estas últimas dos generaciones nacen hace siglos, y se han ido cronificando.

De acuerdo, que no podemos seguir así, pero, curiosamente los que han «dilapidado sus fortunas personales», no tenían más remedio que hacerlo, y, sin embargo, dar lo necesario para que alguien pueda estudiar y hacerse una persona libre y comprometida con el mundo que le rodea (incluyendo esto a si misma y a las personas que quiere y le rodean), se puede percibir, en el artículo, como una ñoñería sin sentido que han practicado nuestros padres (abuelos ya para otros, en algunos casos) y que, parece ser, tienen la responsabilidad de que creamos que el dinero nace en el banco.

A todo esto, algunos bancos y sus empleados, nos han estado vendiendo humo (véase lo de las participaciones preferentes) y la «sociedad del crédito» cómo el santo grial de un progreso con el que ellos estimaban que las cuentas bancarias (las suyas, no las de sus clientes), aumentarían varios ceros… a la derecha.

Por lo tanto, que de la crisis actual tienen responsabilidad muchas generaciones es cierto. Pero también es cierto (en parte) algo que dice Francisco Sánchez Salinero, pues se ha perdido la cultura del trabajo. Pero eso algo que, a día de hoy, tampoco tienen del todo nuestros padres. Y ojo: no es que no trabajen (a veces, incluso de más, sin darse cuenta) es que su cultura y la que llevan impregnando décadas ya no es la cultura del trabajo, sino la «cultura» contra la que nuestro Sánchez Salinero tanto arremete: la del nuevo rico, la del pelotazo, la del «hijo, búscate una oposición y trabaja para algo de alguna administración, que cobrarás de la caja grande», la de «nosequién gana 5000 euros al mes», o «el hijo del jamonero gana 10000 al mes sin casi rascarse la barriga», la del «no te líes la cabeza y dedícate a lo tuyo», o la del «los clientes son unos burros de las narices, son tontos».

Nada de esto se lo he oído a mi padre, pero a gente de su edad, frases parecidas (directa o indirectamente), sí.

Todo eso y más ha hecho que me interese por el blog de Sánchez Salinero y haya leído (por encima, las más de las veces, pues he tenido sólo una media hora para hacerme una idea de las cosas de las que habla el autor de la bitácora que tanto leen mi padre, ese conocido (por él y nuestra familia) director de empresa, y al que parece que no leen de todo, o, al menos, reseñan poco de lo que leen de sus artículos de bitácora.

Al leerlo, veo que este hombre habla de muchas otras cosas, y  que parece tener una visión más amplia de las cosas de lo que creía, y es otro punto más de referencia (no por ser «otro más» va a ser menos relevante, que conste) en el que basarse para intentar ir adelante y seguir «apoyándose sobre hombros de gigantes».

Lo más importante, a mi ver, como intuyo que hablan otros artículos del mismo autor de la bitácora, es desarrollar actitudes con las que trabajemos:

1. Juntos

2. Desde nosotros, pero con las demás personas

3. Sin dejar a nadie atrás, compartiendo objetivos a nivel de comunidad (sea esta una vecindad/comunidad de vecinos, una empresa, una asociación, o cualquier tipo de organización), y haciendo que la misión de la comunidad quede clara.

Precisamente de este tema: las empresas y las misiones de las mismas, irá el próximo artículo.



1 Responses to “Actitudes”

  1. 1 Fernando Sánchez

    Hola: soy Fernando Sánchez Salinero. Te agradezco mucho que hayas leído alguno de mis post y que hayas hecho una crítica.

    La tesis general que defiendo en el blog es que sobre determinados valores se construyen determinadas sociedades, y que se recoge lo que se siembra, como regla general, y salvo golpes esporádicos de “suerte”.

    Que creo que el camino que llevamos, como sociedad, no es el más acertado. ¿Esto significa que todo el mundo lo hace mal? Ni mucho menos. Pero estamos en un círculo vicioso en el que nadie se atreve a levantar la mano y decir cosas políticamente incómodas, porque el que puede, también tiene miedo de perder alguna prebenda.

    Trato de señalar, con más o menos acierto, algunos aspectos que pueden ayudarnos a mejorar y, como ves, no creo que haya ningún colectivo ni bueno ni malo “per se”, pero no podemos dejar de señalar las conductas que creemos erróneas y dar alternativas.

    ¿Tú crees que la estructura social que nos caracteriza puede aguantar mucho tiempo así, sin cambios estructurales, y no petar? Yo creo que no
    .
    Un abrazo y me tienes a tu disposición.


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